La revista Science publica un reciente informe sobre la concesión de patentes por parte de la oficina estatal china de la propiedad intelectual (SIPO) que supone un fiel reflejo del espectacular despegue de la I+D –de momento, más bien la ‘D’– en el gigante asiático. Desde finales de los setenta, el país comunista estableció una política de puertas abiertas, dando paso a una regulación propia del mundo capitalista en lo referente a la protección de la propiedad industrial.
Sucesivas reformas en ese país han ampliado los períodos de protección de las invenciones y concedido amplia cobertura legal a muchas de ellas, especialmente en los campos farmacéutico y biotecnológico.
Los resultados de estas medidas no se han hecho esperar. En los doce campos científico-técnicos principales (desde las ciencias de la vida y la medicina a la óptica, electrónica, información y comunicaciones, nanotecnología, etc.), se registra un incremento anual medio de las concesiones de patentes por parte de la SIPO del 13%, desde 1986. Además, la empresa privada pasa de una posición minoritaria como titular de estas concesiones a duplicar al conjunto de los otros titulares (inventores individuales, universidades, empresas públicas).
Una buena proporción de las patentes de empresa refleja la apuesta de la inversión extranjera en este mercado. Entidades radicadas en el país son titulares del 58% de las mencionadas concesiones de patentes en los campos más fundamentales. Pero la concesión de patentes de la oficina china a entidades de otros países es ya muy significativa: Japón (12%), Taiwan (11%), USA (7%) y Alemania (2%).
Fuente: Expansión
0 comentarios:
Publicar un comentario